Resitir

23 «Ahora, pues», les dijo Josué, «quiten los dioses extranjeros que están en medio de ustedes, e inclinen su corazón al Señor, Dios de Israel». 24 Y el pueblo respondió a Josué: «Al Señor nuestro Dios serviremos y Su voz obedeceremos».

25 Entonces Josué hizo un pacto con el pueblo aquel día, y les impuso estatutos y ordenanzas en Siquem. 26 Josué escribió estas palabras en el libro de la ley de Dios. Tomó una gran piedra y la colocó debajo de la encina que estaba junto al santuario del Señor.

27 Y Josué dijo a todo el pueblo: «Ciertamente, esta piedra servirá de testigo contra nosotros, porque ella ha oído todas las palabras que el Señor ha hablado con nosotros. Será, pues, testigo contra ustedes para que no nieguen a su Dios». 28 Entonces Josué despidió al pueblo, cada uno a su heredad.

23 «Ahora, pues», les dijo Josué, «quiten los dioses extranjeros que están en medio de ustedes, e inclinen su corazón al Señor, Dios de Israel». 24 Y el pueblo respondió a Josué: «Al Señor nuestro Dios serviremos y Su voz obedeceremos».

25 Entonces Josué hizo un pacto con el pueblo aquel día, y les impuso estatutos y ordenanzas en Siquem. 26 Josué escribió estas palabras en el libro de la ley de Dios. Tomó una gran piedra y la colocó debajo de la encina que estaba junto al santuario del Señor.

27 Y Josué dijo a todo el pueblo: «Ciertamente, esta piedra servirá de testigo contra nosotros, porque ella ha oído todas las palabras que el Señor ha hablado con nosotros. Será, pues, testigo contra ustedes para que no nieguen a su Dios». 28 Entonces Josué despidió al pueblo, cada uno a su heredad.